Guerra en Ucrania: Rusia se ha quedado fuera del sistema de pagos SWIFT

La mañana del jueves de la semana pasada fue realmente un duro despertar, no sólo para los mercados. Las amenazas de los días anteriores se hicieron realidad y Rusia atacó Ucrania, que se vio obligada a declarar el estado de guerra. Mientras muchas familias asustadas luchaban allí por ponerse a salvo, los mercados mundiales reaccionaron a la situación con ventas.

También suscitó polémica inmediata la exclusión de Rusia del sistema internacional de pagos SWIFT, que ya es una realidad.

 

El objetivo de excluir a los grandes bancos rusos de SWIFT es aislarlos de los mercados financieros internacionales y paralizar la capacidad de Rusia para pagar sus obligaciones, lo que provocará una nueva caída del valor del rublo ruso. Además, también se han dictado medidas contra el Banco Central ruso. Todas estas medidas deberían conducir a la incapacidad de Rusia para seguir financiando la guerra con Ucrania y obligar al presidente ruso Vladimir Putin a firmar la paz. 

 

Por otra parte, Rusia puede reaccionar a esta medida cortando el suministro de gas y petróleo, lo que puede tener repercusiones negativas para otros países. El ataque a Ucrania ya ha provocado una importante subida de los precios del petróleo y el gas en los primeros días de la guerra. Sin embargo, su suministro a Europa ha continuado sin restricciones hasta ahora. Una guerra entre dos potencias siempre se refleja negativamente en los mercados mundiales. Mientras que el dólar estadounidense ha subido a su nivel más alto en casi dos años tras los desafortunados acontecimientos, el rublo ruso ha caído a un mínimo histórico.  

 

Tanto Estados Unidos como Europa ya han anunciado una serie de medidas sancionadoras que se espera tengan un impacto en la economía rusa. Éstas van desde el bloqueo del espacio aéreo hasta sanciones a varios oligarcas rusos

China, por su parte, ha abordado la situación diciendo que está dispuesta a ayudar a Rusia a reducir el impacto de las sanciones y a ser útil en una situación en la que las relaciones del país con los países occidentales se están deteriorando significativamente debido a la invasión de Ucrania

 

La situación actual también ha desencadenado otra avalancha de reacciones. El conglomerado británico BP ya ha anunciado que se desprenderá de su participación en la petrolera rusa Rosneft. El viernes, la (OCDE) anunció que ponía fin al proceso de adhesión de Rusia a sus filas. Curiosamente, este proceso lleva suspendido desde 2014.

 

Sin embargo, la pregunta sigue siendo por qué algún país estaría interesado en agotarse con la guerra desde un punto de vista económico o humanitario cuando la crisis y los efectos de la pandemia del COVID-19 aún no han terminado. Por el momento, sólo el Presidente ruso Vladimir Putin, que inició los bombardeos contra Ucrania, parece conocer la respuesta. El ejército ruso ha lanzado un asalto aéreo, naval y terrestre que se considera el mayor ataque de un Estado contra otro desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial. 

 

La guerra desatada ya ha golpeado la cotización de las empresas europeas, pero también de los índices, y de la evolución de la situación en los próximos días dependerá también hasta qué punto impulsarán su valor.

 

Si continúa la escalada, lo más probable es que los inversores se refugien en activos seguros y que el valor del oro supere el umbral psicológico de las 2.000 onzas.

De hecho, es probable que los inversores empiecen a retirar su dinero invertido en activos de mayor riesgo y lo coloquen en oro o bonos. Otro factor en forma de inflación también está ayudando a la subida del precio, ya que el banco central de EE.UU., la Fed, está endureciendo gradualmente su política monetaria y los inversores ciertamente no pueden confiar en que lance un salvavidas a la economía mundial en forma de nuevos estímulos. 

 

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