Sin embargo, con el auge de la responsabilidad corporativa, social y ambiental (ESG), también ha aumentado el llamado “ecoblanqueo” (greenwashing), en el que las compañías imitan lo que hacen otras solo para seguirles el ritmo. Naturalmente, algunas compañías pueden preocuparse por la respuesta negativa de sus clientes, inversores o los medios de comunicación si no se adaptan a los tiempos.
En nuestra compañía creemos que los clientes y otras partes interesadas son suficientemente perceptivos y conscientes de lo que ocurre en la sociedad y en el planeta. Por tanto, nos tomamos en serio la responsabilidad en nuestro negocio.
Pero ¿cómo distinguir la verdadera responsabilidad social corporativa del ecoblanqueo? Creo que la línea divisoria es la actividad principal de la compañía. La compañía debe afrontar los problemas que afectan a su sector y ejercer su responsabilidad allí donde pueda tener mayor impacto. En nuestro negocio financiero, a diferencia de la industria pesada, por ejemplo, podemos ser responsables con el planeta dirigiendo nuestras inversiones. Por eso el año pasado lanzamos Trade Responsibly, un producto que se centra en proporcionar a los clientes información analítica y apoyo específico para comprar valores en industrias que ayudan a transformar la economía hacia la sostenibilidad.
Al dirigir nuestra inversión, nos bastaron unos pocos pasos para poner en marcha el proyecto de plantación de árboles. En el proyecto, el crecimiento de los árboles es proporcional a la suma que invierte el cliente. Dependiendo del importe del depósito, nuestro cliente no solo recibe beneficios asociados a un determinado tipo de cuenta de operaciones, sino que también apoya la plantación de árboles. Los árboles son una inversión eficaz para reducir la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que puede ayudar a salvar al mundo del desastre climático.
Evrula Papadopoulou CEO Wonderinterest Trading Ltd.