Edificios con paneles solares como obligación en la Unión Europea. ¿Es este el camino hacia las emisiones cero?

El 14 de marzo, la Comisión Europea aprobó la introducción de la instalación obligatoria de paneles solares en los nuevos edificios públicos, comerciales y residenciales. Así pretende gradualmente reducir las emisiones en el sector vivienda y conseguir que sean cero en 2050.

La Unión Europea adoptó estas medidas para promover los edificios sostenibles, dando un ejemplo de cómo alcanzar un futuro verde y un medio ambiente limpio. La Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPDB) se adoptó en 2002 y se revisó en 2010 y 2018. En Francia, por ejemplo, la medida lleva más tiempo en efecto. En España, se exige que al menos 70 % del consumo de agua caliente se cubra con fuentes renovables, la mayoría de las veces paneles solares.

El objetivo es neutralidad de carbono

Las reglas nuevas deberían soportar la renovación y eliminación gradual de los edificios poco eficientes y así alcanzar emisiones cero. Cada país que es miembro de la UE debe incorporar estas reglas a su legislación nacional y centrarse en la implementación y el cumplimiento de las normas. Sin embargo, cada país va a planear los pasos y medidas particulares por sí mismo dependiendo de las reglas nacionales, no en un formato uniforme. Para las viviendas que ya existen, el plan es alcanzar un cumplimiento medio de la etiqueta energética E, luego D y se prevé una nueva medición en 2040 para verificar si el plan energético completo se puede realizar a 2050.

Unión Europea quiere ser ejemplar e independiente

Antes del invierno pasado, se podía observar una fuerte dependencia de la Unión Europea de la energía procedente de Rusia. Esto cuesta a los contribuyentes 100 000 millones de euros al año. De este modo, los países de la UE podrían ser más autosuficientes en este ámbito y, al mismo tiempo, evitarían crear una huella de carbono. Además, el plan incluye la puesta en servicio de 320 GW de energía solar fotovoltaica en 2025 y su aumento a 600 GW en 2030. La realización exitosa de esta visión costará cientos de miles de millones de euros, pero se ahorrará dinero al abandonar los combustibles importados. Según la Unión Europea, el uso de la energía fotovoltaica en los tejados podría cubrir hasta el 25 % del consumo eléctrico de su territorio, protegiendo a los consumidores de los precios altos. Esto nos acercaría al objetivo para 2030 de que al menos el 50 % de la energía total proceda de fuentes renovables.

El plan también incluye redoblar el uso de bombas de calor y generar 10 millones de toneladas de hidrógeno doméstico a partir de fuentes renovables para 2030, así como duplicar la cantidad de energía eólica. Alemania, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca se han comprometido a multiplicar por diez su capacidad eólica marina.

Directamente al futuro verde

Con esto, la situación económica en la Unión Europea movería claramente hacia independencia energética y electrificación y así establecería una conexión con la tendencia de popularizar los vehículos eléctricos. Apoyar los vehículos eléctricos podría causar la construcción de nuevas estaciones para cargar los vehículos eléctricos y la infraestructura correcta para uso más amplio de ellos y también que el petróleo se convierta más barato. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) confirmó que los paneles solares ahora ofrecer la energía más barata en historia. Según AIE la energía solar se convertirá en la principal fuente global de energía en 2050. En cuanto a la situación climática y económica actual, el uso máximo de la renovable energía solar parece la decisión correcta, pero vamos a tener que esperar antes de ver unos resultados reales concretos

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