El año pasado, la población activa se vio afectada por unas previsiones aterradoras. En Estados Unidos, la tasa de desempleo alcanzó en abril valores elevados vistos por última vez durante la Gran Crisis de los años treinta. Sin embargo, el mercado laboral europeo es diferente del americano.
Antes del estallido, la tasa de desempleo en la UE y en la zona euro estaba en sus valores más bajos desde 2008. El valor valía un 7,5% dentro de la zona euro, e incluso un punto porcentual menos en la UE.
Una mejor evolución que tras la crisis financiera
Cuando se produjo la primera oleada, gran parte de la economía tuvo que cerrar. Los países europeos, a diferencia de la administración estadounidense, decidieron evitar el rápido crecimiento del desempleo y adaptaron programas de apoyo al mantenimiento del empleo.
Con el paso del tiempo, se hizo evidente que la ola primaveral de la pandemia Covid-19 podría volver en segunda o incluso tercera oleada. La situación fue devastadora para algunas industrias, especialmente el sector privado que opera en los servicios de turismo, hostelería y alojamiento, donde las ventas cayeron en picado. Debido a la larga suspensión, los despidos generalizados fueron inevitables.
En casi todos los países europeos, el aumento gradual de la tasa de desempleo y de los parados fue una realidad. La tasa de desempleo alcanzó su máximo del 8% a finales del verano pasado. Desde entonces, la tasa ha ido descendiendo - en parte debido a la mejor marcha de la economía en el tercer trimestre y al desfase temporal, típico de la evolución del desempleo.
La vacunación en curso trae esperanza
En invierno continuó el ligero, aunque persistente, descenso del desempleo, a pesar de que el sector turístico se había visto afectado por las restricciones. Esto podría tener una explicación: ya no había gente que perdiera su empleo, pues se había tocado el fondo imaginario. En los primeros meses de la primavera había algunos empleos estacionales disponibles, y parte de la mano de obra se trasladó a otros campos de trabajo.
Los próximos meses traen algunas perspectivas positivas. La vacunación en la UE continúa e incluso se ha acelerado en las últimas semanas. Por lo tanto, se acercan posibles fechas de reanudación de algunos sectores económicos que han tenido que permanecer cerrados durante meses. Sin embargo, los daños causados por la pandemia sólo se conocerán cuando ésta haya terminado. Es probable que algunas empresas abandonen definitivamente el mercado. En tal caso, podría pasar algún tiempo hasta que se absorbiera la mano de obra liberada.
Sin embargo, la tasa de desempleo está lejos de los valores provocados por la crisis económica de hace diez años. Entonces, el desempleo en la zona euro superaba el 12%, y actualmente sólo supera el 8%. En el conjunto de la Unión Europea, sus valores eran aproximadamente un punto porcentual inferiores.
Sorprendentes diferencias entre países
El mercado laboral de Polonia, muy afectado por la pandemia, fue el que mejor hizo frente al desempleo en la UE. En marzo, su tasa de paro pasó del 3 al 3,1% y el número de desempleados creció aproximadamente en 30.000 personas.
Por el contrario, la pandemia causó graves daños en los mercados laborales del sur de Europa, como España, Italia o Grecia, donde la tasa de paro aumentó en dos dígitos. Suecia y Francia arrojaron resultados bastante sorprendentes. Mientras que en Suecia el desempleo aumentó en dos puntos porcentuales hasta el 9,1% en marzo, muy por encima de la media europea, Francia, por ejemplo, consiguió mantener su tasa de paro por debajo del 8%. Sorprendentemente, Francia ha sido durante mucho tiempo uno de los países en los que una tasa de desempleo del 10% no era nada inusual.
¿Faltará mano de obra?
Además del ritmo de recuperación económica en la UE, la apertura de fronteras entre países jugará un papel clave ahora, ya que son los sectores relacionados con el turismo los que podrían acelerar la recuperación económica este verano.
Un factor especial en el desarrollo del mercado laboral será pronto la desproporción entre la UE vacunada y "el mundo circundante". El incierto desarrollo de la pandemia en Ucrania y otras naciones situadas tras la frontera oriental de la UE, así como en el norte de África, Turquía y Oriente Próximo o Asia Central y Meridional, puede provocar su continuo aislamiento hermético de la UE. Este aislamiento de la afluencia potencial de mano de obra puede ser un factor importante que limite el crecimiento europeo tras la crisis.
Sólo el tiempo dirá si la "Fortaleza Europa", herméticamente aislada por razones sanitarias, será beneficiosa más que perjudicial para la recuperación económica europea.
Evrula Papadopoulos, Directora Ejecutiva