No cabe duda de que la situación actual y el conflicto entre Ucrania y Rusia refuerzan la cuestión de la seguridad energética y la necesidad de independencia económica de Occidente respecto a la superpotencia rusa. El problema número uno en este ámbito es la preocupación por el suministro de gas y petróleo. A ello se une la creciente motivación por ampliar las fuentes de energía alternativas, cuyo desarrollo se ha visto impulsado hasta ahora principalmente por la crisis climática.
Resiliencia a la crisis ante todo
Sin embargo, la guerra en Ucrania también pone de relieve el hecho de que los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) son un factor importante en el desarrollo futuro de las empresas, no sólo desde una perspectiva climática, sino también desde una perspectiva social en la forma en que se gestionan las empresas. De hecho, las sanciones impuestas a Rusia tendrán sin duda un impacto negativo no sólo en la economía local, sino también en los países occidentales, por no mencionar el aumento de los precios de la energía y los alimentos, que puede volver a afectar negativamente a los activos de inversión en diversos segmentos. El análisis de Fidelity para 2020 mostró que los titulares de las calificaciones ESG más altas obtuvieron un beneficio medio del 0,4% durante los nueve primeros meses del año, mientras que el grupo con la calificación más baja sufrió una depreciación del 23%.* Así pues, las acciones de las empresas ESG han mostrado una mayor resistencia a las fluctuaciones del mercado en el periodo posterior a la pandemia, y han perdido menos valor que la media del mercado. Este factor puede ser clave para los inversores a la hora de decidir la composición de su cartera de inversiones en el futuro.[1]
Las inversiones ESG crecen con rapidez
Según Reuters, 2021 ha sido el año más exitoso para la inversión ESG. La entrada mundial de inversiones en fondos ASG ascendió a 649.000 millones de dólares hasta noviembre del año pasado, lo que les otorga una cuota del 10% de los activos de fondos a escala mundial. En comparación, los datos de Refinitiv Lipper muestran que la inversión en estos activos había sido de 542.000 millones de dólares en 2020 y de "solo" 285.000 millones en 2019. Del total de 6,1 billones de dólares en fondos ESG, se cree que hasta el 59% del dinero se encuentra en Europa, Oriente Medio y África, lo que sugiere que los inversores de estas regiones están adoptando en gran medida la idea de ESG.
Los ESG también se han visto afectados por la guerra
Sin embargo, la incertidumbre asociada a las tensiones geopolíticas actuales también ha afectado al segmento de los ESG. Mientras que el índice MSCI World ESG Leaders registraba un rendimiento del 2,99% en el primer mes de 2022, si analizamos el primer trimestre después de que los mercados se vieran afectados por la caída causada por el estallido de la guerra, podemos ver que el índice ha registrado un descenso del 6,12%.*[i] Una tendencia similar puede observarse en el índice MSCI World.
Los próximos meses mostrarán hasta qué punto las tensiones geopolíticas y la incertidumbre que han afectado al mundo apuntalarán el desarrollo de las inversiones ESG en 2022, ya que las consecuencias de las sanciones contra Rusia, el desequilibrio entre la oferta y la demanda, la incertidumbre de la oferta combinada con el aumento de la inflación y los altos precios de la energía, están provocando un replanteamiento radical no sólo de la política energética, sino de las cuestiones de seguridad y los modelos de inversión en todo el mundo. Por otra parte, si persiste la confianza de los inversores en este tipo de inversiones, la corrección actual podría ser sólo temporal.[2][ii]
Olívia Lacenová, analista de Wonderinterest trading Ltd., es una de las principales expertas del sector.
[i] * Los resultados pasados no garantizan los resultados futuros.
[1] Las declaraciones prospectivas se basan en suposiciones y expectativas actuales, que pueden ser inexactas, o en el entorno económico actual, que puede cambiar. Estas afirmaciones no garantizan resultados futuros. Implican riesgos y otras incertidumbres difíciles de predecir. Los resultados pueden diferir materialmente de los expresados o implícitos en las afirmaciones prospectivas.
[2] Las afirmaciones prospectivas se basan en suposiciones y expectativas actuales, que pueden ser inexactas, o en el entorno económico actual, que puede cambiar. Tales afirmaciones no son garantía de resultados futuros. Implican riesgos y otras incertidumbres difíciles de predecir. Los resultados pueden diferir materialmente de los expresados o implícitos en cualquiera de las declaraciones prospectivas.
La información contenida en estas declaraciones no garantiza resultados futuros.